Si bien las listas de espera para obtener el carné de conducir llevan retraso desde hace unos años, la pandemia ha ayudado a acabar de colapsarlas, ya que durante los tres meses de estados de alarma y confinamiento domiciliario no se pudieron celebrar ninguna de las pruebas necesarias.
Durante el verano, la DGT retomó los exámenes y consiguió reducir las esperas y este año se prevé que el objetivo sea similar.
Sin embargo, las dinámicas de examen ya han cambiado con el objetivo de proteger tanto a los aspirantes como al personal de las Jefaturas de Tráfico y a los profesores de las autoescuelas.
Así, si este año te toca examinarte del carné de conducir, bien sea coche, moto o cualquier otro tipo de vehículo pesado, tanto en modalidad teórica como práctica, has de conocer el tipo de medidas de seguridad que se han implantado y qué pueden exigirte desde las diversas Jefaturas.
Las medidas en lo que se refiere al acceso a los centro de examen prohíben la permanencia en las zonas de espera de personas que no tengan una relación directa con la realización de la prueba. Solo puede acceder el personal de la jefatura, los profesores al cargo de la prueba y los aspirantes citados a esa hora. También se han limitado los traslados de expedientes de exámenes de una provincia a otra, en los casos afectados por las restricciones a la movilidad de los ciudadanos por el riesgo para la salud.
En el teórico
El acceso al examen teórico deberá hacerse de manera ordenada y respetando las distancias de seguridad. Igualmente, cada alumno deberá utilizar una mascarilla homologada, que deberán traer de casa, y se obliga el uso del gel hidroalcohólico antes de que empiece la prueba, siendo aconsejable durante.
Durante la celebración del examen se ha reducido la capacidad de las salas para respetar los aforos y una distancia de más de un metro y medio entre alumno. Por razón, las diversas jefaturas están incrementando las convocatorias de examen.
En el práctico
En los exámenes prácticos, tanto de circuito como abiertos, se ha instaurado la medida de terminar la prueba en cuanto se hayan alcanzado el máximo de fallos para suspenderla y, así, limitar el tiempo de contacto entre los diferentes participantes. En todo momento se limitarán las aglomeraciones, espaciando las convocatorias de examen y respetando la distancia social fuera del vehículo.
Todos los vehículos deben quedar completamente desinfectados después de cada examen y son las autoescuelas las que deben hacer cargo de este proceso, al igual que de la higienización de los sistemas de comunicación necesarios en los test de motocicleta. Como es de esperar, las mascarillas son obligatorias y se exige una correcta higiene de manos.